La tradicional lectura de un monumento decorado sólo con grabados queda superada por la evidencia de que el monumento recibió un programa gráfico que incluyó grabados, pinturas y diversas fases decorativas de este grandioso espacio sepulcral.
Un gran número de ortostatos y losas de cubierta poseen abundantes y varios tipos de grafías característicos del arte megalítico del Sur de la Península Ibérica, elaborados mediante diversas técnicas de grabados (piqueteado, incisión, abrasión, bajo relieve) y pinturas con motivos figurativos. Son motivos muy esquemáticos representándose elementos geométricos (ángulos, zig-zags y serpentiformes), antropomorfos (sedentes, sedentes vestidos, cruciformes, estelas), bandas (banda compartimentada y banda con círculos), cazoletas, círculos, hachas y armas (alabardas, cuchillos o puñales con mango o sin mango), laciformes, líneas (incisas y piqueteadas), collares e informes, con grafías de grandes similitudes con otros megalitos de la fachada atlántica europea.
La tradicional lectura de un monumento decorado sólo con grabados queda superada por la evidencia de que el monumento recibió un programa gráfico que incluyó grabados, pinturas y diversas fases decorativas de este grandioso espacio sepulcral.
Un gran número de ortostatos y losas de cubierta poseen abundantes y varios tipos de grafías característicos del arte megalítico del Sur de la Península Ibérica, elaborados mediante diversas técnicas de grabados (piqueteado, incisión, abrasión, bajo relieve) y pinturas con motivos figurativos. Son motivos muy esquemáticos representándose elementos geométricos (ángulos, zig-zags y serpentiformes), antropomorfos (sedentes, sedentes vestidos, cruciformes, estelas), bandas (banda compartimentada y banda con círculos), cazoletas, círculos, hachas y armas (alabardas, cuchillos o puñales con mango o sin mango), laciformes, líneas (incisas y piqueteadas), collares e informes, con grafías de grandes similitudes con otros megalitos de la fachada atlántica europea.